Vida de comunidad
La vida de familia, cultivada y vivida en la sencillez cotidiana de un monasterio benedictino, se expresa concretamente en los servicios fraternos, en el sostén y la ayuda mutua, en las recreaciones y reuniones comunitarias que son la expresión de la comunión en Dios y en el vínculo sobrenatural que funda la convivencia monástica.