Oblatos seculares


Los oblatos benedictinos seculares (hombres y mujeres), viviendo en su propio ambiente familiar y social, y deseando profundizar las exigencias de su consagración bautismal, se asocian a un Monasterio por medio de la oblación para fortalecer su propio camino de fe con los valores de la Regla de San Benito y la tradición espiritual benedictina.
La oblación es un acto litúrgico-espiritual reconocido por la Iglesia que se concretiza bajo la guía de la Abadesa o de una delegada, en el camino personal de conversión.
Ligados así a un Monasterio aprenden a ofrecerse a sí mismos, día a día, por medio de Cristo, participando en la Eucaristía y los Sacramentos y viviendo en presencia de Dios. “Tomando por guía el Evangelio” (RB Prólogo, 21) responden con sus obras al llamado cotidiano de Dios amando a Cristo y a su Iglesia. Colaboran con la comunidad monástica y se hacen partícipes de la gracia espiritual que dimana del monasterio.
R. Él te revistió de honor y de hermosura.
Oh Señor, con signos maravillosos iluminaste la muerte de nuestro Padre san Benito, por su recuerdo e intercesión, haz que también nosotros seamos confortados y protegidos con su presencia en la hora de nuestra muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ORACIONES
Señor, Dios nuestro,
que hiciste de nuestro padre san Benito
un esclarecido maestro de la escuela del divino servicio;
concédenos, por su intercesión,
que, prefiriendo tu amor a todas las cosas,
avancemos por la senda de tus mandamientos
con el corazón henchido de gozo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Oh Dios, que adornaste a santa Escolástica virgen
con el don de una vida pura e inocente;
concédenos la gracia de agradarte siempre con una conducta sin tacha,
para poder disfrutar algún día en el cielo
cantando tus alabanzas junto al coro de las vírgenes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Oraciones para bendecir la mesa
- Bendice Señor esta mesa, y guardaremos en el corazón, el pan de tu palabra.
- Bendícenos Señor, para que recibamos el pan con alegría y sencillez de corazón, aleluya, aleluya.
- Jesús buen Pastor y pan verdadero, apaciéntanos y bendice esta mesa por tu bondad, aleluya, aleluya.
“Que cada uno ofrezca espontáneamente algo a Dios con gozo del Espíritu Santo.” (RB 49,6)
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