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Señor, no rompas tu alianza con nosotros.

TEXTOS COMENTADOS EN LA PRIMERA CHARLA:

SEÑOR NO ROMPAS TU ALIANZA CON NOSOTROS

Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. No recibamos en vano la gracia de Dios. 2 Co 6,2

Es la hora de despertar a la luz, a la redención, a la vida. Pablo VI 

Los exhortamos a que en estos días de Cuaresma guarden su vida con suma pureza, y a que borren asimismo todas las negligencias de otros tiempos en estos días santos. Regla de San Benito, c.49

La penitencia no es una cerrazón del alma, es más bien un esfuerzo para abrirse al bien, y si nos exige una mayor vigilancia y una abstinencia de cosas vanas es para capacitar a las almas para osar cosas grandes. Pablo VI

Corramos y practiquemos ahora lo que nos aprovechará eternamente. Prólogo de la Regla de San Benito, 44

Hemos abandonado la fuente de agua viva y nos hemos cavado cisternas agrietadas que no retienen el agua. Jeremías 2,13

Un primer aspecto en este tiempo, es una conciencia muy honda, muy clara, muy dolorosa pero al mismo tiempo muy serena de nuestros pecados, Hemos fallado al Señor tantas veces, no hemos realizado con fidelidad su plan. El Señor nos ha hablado cada mañana y no hemos recibido adentro su Palabra, no hemos sido profundos en la oración, no hemos sido serenos en la cruz, no hemos sido alegres en la caridad fraterna, no hemos descubierto a cada rato el rostro de Jesús y no nos hemos entregado por eso a la realización de su plan. ¡Cuántas fallas en nosotros, cómo nos ha tocado y ensuciado el mundo! El mundo con todo lo que tiene de superficialidad, de división y egoísmo. Todo eso se nos ha metido muy dentro. Hoy es el día y es el tiempo de gracia y salvación para limpiar, para purificar, para unir lo que estaba dividido, para reencontrar al Padre. ¿Qué es la conversión? Volver al Padre. Cardenal Pironio

Iniciamos el camino de la cuaresma. La cuaresma es un viaje de regreso a Dios. Cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: “Señor, volveré a Ti después, espera… Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás”. Y así un día después de otro. Ahora Dios llama a nuestro corazón. En la vida tendremos siempre cosas que hacer y tendremos excusas para dar, pero, hoy es el tiempo de regresar a Dios.

La cuaresma es un viaje que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo. Este es el centro de la cuaresma: ¿Hacia dónde está orientado mi corazón? ¿Hacia dónde me lleva el navegador de mi vida, hacia Dios o hacia mi yo? ¿Vivo para agradar al Señor, o para ser visto, alabado, preferido, puesto en el primer lugar y así sucesivamente? ¿Tengo un corazón “bailarín”, que da un paso hacia adelante y uno hacia atrás, ama un poco al Señor y un poco al mundo, o un corazón firme en Dios? ¿Me siento a gusto con mis hipocresías, o lucho por liberar el corazón de la doblez y la falsedad que lo encadenan? Papa Francisco (Homilía Miércoles de Ceniza 2021)

¿Qué es en realidad convertirse? Quiere decir “buscar a Dios”, caminar con Dios, seguir dócilmente sus enseñanzas. Convertirse no es un esfuerzo para auto-realizarse, porque el ser humano no es el arquitecto de su propio destino eterno. Nosotros no nos hemos hecho a nosotros mismos. Por ello la auto-realización es una contradicción y además para nosotros es demasiado poco. Tenemos un destino más alto. Podríamos decir que la conversión consiste precisamente en no considerarse “creadores” de sí mismos, descubriendo de este modo la verdad, porque no somos autores de nosotros mismos. La conversión consiste en aceptar libremente y con amor, que dependemos totalmente de Dios, nuestro Creador, que dependemos del Amor. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. 

Benedicto XVI

Evangelio según san Marcos: 1, 12-15

En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían. Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». 

Nuestra vida en medio de esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigos y de tentaciones. San Agustín

En este camino, para no perder la dirección, pongámonos ante la cruz de Jesús: es la cátedra silenciosa de Dios. Miremos cada día sus llagas, las llagas que Él ha llevado al Cielo y muestra al Padre todos los días en su oración de intercesión. Miremos cada día sus llagas. En esos agujeros reconocemos nuestro vacío, nuestras faltas, las heridas del pecado, los golpes que nos han hecho daño. Sin embargo, precisamente allí vemos que Dios no nos señala con el dedo, sino que abre los brazos de par en par. Sus llagas están abiertas por nosotros y en esas heridas hemos sido sanados (cf. 1 P 2,24; Is 53,5). Besémoslas y entenderemos que justamente ahí, en los vacíos más dolorosos de la vida, Dios nos espera con su misericordia infinita. Porque allí, donde somos más vulnerables, donde más nos avergonzamos, Él viene a nuestro encuentro. Y ahora que ha venido a nuestro encuentro, nos invita a regresar a Él, para volver a encontrar la alegría de ser amados. Papa Francisco (Homilía Miércoles de Ceniza 2021)

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