Egino Weinert






Las oraciones de presentación del pan y el vino

 

Las oraciones de presentación destacan la colocación de los dones del pan y del vino sobre el altar y van creando el ambiente apropiado para la acción de gracias. Si el canto continúa durante este rito de presentación, las oraciones, naturalmente, se dicen en voz baja; si no hay canto, se pueden decir en voz alta para que así, no sólo se capte su sentido, sino también para que se pueda responder con la aclamación “Bendito seas por siempre Señor”.

Esta es la oración de presentación del pan:

“Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él sera para nosotros pan de vida”.

La oración de presentación del vino es similar:

“Bendito seas, Señor, Dios del universo por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él sera para nosotros bebida de salvación”.

El pan y el vino se presentan por separado y el sacerdote los eleva un poco sobre el altar para que se detaquen en sí mismos y, sobre todo, para que quede bien de manifiesto su solemne colocación sobre la mesa del altar. No es una elevación como la que se hará al final del Canon.

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