La Plegaria Eucarística: Una breve mirada a la historia
La Plegaria Eucarística tiene sus raíces en la acción de gracias judía que el padre de familia pronunciaba en la cena pascual y en general en las comidas solemnes. Era el padre de familia quien en voz alta dirigía a Dios la acción de gracias. Había un diálogo inicial, en el cual saludaba: “El Señor esté con vosotros” y le respondían: “Y con tu espíritu” y una doxología final que sintetizaba la actitud agradecida de la asamblea, que ratificaba la oración con el “Amén”. Los temas de la acción de gracias no estaban fijados, el padre de familia los improvisaba, aunque siguiendo ciertas líneas marcadas por la tradición.
La Liturgia cristiana asumió esta oración de acción de gracias. Hacia el siglo IV empiezan a fijarse las oraciones eucarísticas, como es el caso de nuestro canon romano. Al principio también se hacían de un modo espontáneo e improvisado, pero las asambleas muy numerosas del siglo IV y, quizás, la decadencia en la formación teológica y litúrgica de una parte de los sacerdotes, obligó a fijar por escrito las oraciones eucarísticas.