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Los frutos del Espíritu: bondad, alegría y paz.

Textos Charla VI Tiempo Pascual 2023
Los frutos del Espíritu: bondad, alegría y paz.

En el principio la tierra era caos y confusión y oscuridad, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas (Gn1,1ss).

 

Miro a la tierra y es un caos, está desierta y vacía. Miro a los cielos, y ha desaparecido su luz. Miro a los montes, y están temblando, y todos los cerros bambolean. Miro, y no hay un alma, y todas las aves del cielo han huido. Miro, y el país de los vergeles es un desierto (Jer 4,23).

 

El Señor Dios formo al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y el hombre resultó un ser viviente (Gn 2,7).

 

Caín, ¿por qué andas irritado y por qué se ha abatido tu rostro? ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo. Pero si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar (Gn 4,6ss).

 

Dijo Caín: Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Hoy me echas de este suelo y debo esconderme de tu presencia y cualquiera que me encuentre me matará. El Señor le respondió: Al contrario, quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces. Y también puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrara lo atacara (Gn 6,13ss).

 

Viendo Dios que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Dios de haber hecho al hombre en la tierra y se indignó en su corazón. Y dijo: voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado porque me pesa haberlo hecho. Pero Noé halló gracia a los ojos de Dios. Noé era el varón más justo y cabal de su tiempo. Noé andaba con Dios.

Dijo Dios a Noé: He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra. Hazte un arca de madera… Voy a traer el diluvio para exterminar toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo. Pero contigo estableceré mi alianza. Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que sobrevivan contigo… (Gn 6,5ss).

 

Dijo Dios: Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre…. Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: ¡sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra…! (Gn 9,1).

 

Al atardecer de aquel día, se presentó Jesús en medio de ellos y les djjo: Reciban el Espíritu Santo. Dicho esto sopló sobre ellos… (Jn 20,19ss)

 

Dios todopoderoso, confiados en tu bondad, te pedimos que los frutos de las fiestas pascuales que hemos celebrado se manifiesten en nuestra vida.

Oración colecta, sábado VI de Pascua

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