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La oración de Jesús en Getsemaní: “No se haga mi voluntad”.

Viernes Santo

Textos comentados en la charla:

La oración de Jesús en Getsemaní: “No se haga mi voluntad”.

La oración de Jesús en el Huerto

Nos interesa, sobre todo, subrayar la oración de Cristo en una doble experiencia, profunda e inminente, del Misterio Pascual: la oración sacerdotal (Jn 17) y la agonía en el Huerto de los Olivos (Lc 22,39-46). Ambas oraciones están impregnadas de la experiencia del “Padre”. Ambas también van marcadas por la cercanía de la cruz. En ambas se comprende que orar, en definitiva, es entrar por amor en comunión profunda con la voluntad del Padre. “Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22,42). Cardenal Eduardo Pironio

San Juan da una interpretación teológica del huerto, diciendo: Fueron al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto. La misma palabra clave “huerto” retorna de nuevo al final del relato de la pasión: Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Con la palabra «huerto» es evidente que Juan alude a la narración del paraíso y del pecado original. Nos quiere decir que aquí se retoma aquella historia. En aquel huerto, en el «jardín» del Edén, se produce una traición, pero el huerto es también el lugar de la resurrección. En efecto, en el huerto, Jesús acepta hasta el fondo la voluntad del Padre, la hace suya, y así da un vuelco a la historia.  Benedicto XVI

Jesús empezó a estar muy inquieto y angustiado Mc 14,33 

Jesús oró con fuertes gritos y lágrimas Hb 5,7

Mi alma está turbada hasta la muerte Mc 14,32

¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Sal, 41/42, 12. 

La cercanía que Jesús pide a los discípulos en este momento es una cercanía espacial, una petición de solidaridad en el momento en que siente acercarse la muerte; pero es sobre todo una cercanía en la oración, para expresar, en cierta manera, la sintonía con él en el momento en que se dispone a cumplir hasta el fondo la voluntad del Padre; y es una invitación a todo discípulo a seguirlo en el camino de la cruz. El evangelista san Marcos narra: «Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y empezó a sentir espanto y angustia. Les dijo: “Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad”» (14, 33-34). Benedicto XVI.

Cuando una persona está sufriendo mucho necesita tres cosas: estar sola, orar y sentir que le acompañan. Es lo que experimentó Jesús en el Huerto de Getsemaní. Necesitó estar completamente solo, por eso se separó de sus discípulos a la distancia de un tiro de piedra; necesitó orar, por eso pasó toda la noche diciendo a su Padre que se hiciera su voluntad; necesitó también la cercanía espiritual de sus amigos, por eso le dolió tanto que Pedro, Juan y Santiago se durmieran tan fácilmente. Cardenal Pironio

La oración de Jesús como entrega

Padre, todo te es posible, si quieres aparta de mi este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. Mc 14,36. 

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