El pueblo que habitaba en las tinieblas ha visto una gran luz
Textos comentados en la Charla:
EL PUEBLO QUE HABITABA EN LAS TINIEBLAS HA VISTO UNA GRAN LUZ
Isaías 9,1-5
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran LUZ: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una LUZ. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz».
Génesis 1, 2-5
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: «Que exista la LUZ». Y la LUZ existió. Dios vio que la LUZ era buena, y separó la LUZ de las tinieblas; y llamó Día a la LUZ y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.
Apocalipsis 21, 1-4.23-25
Luego vi un cielo Nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar no existe ya. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo… La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la Gloria de Dios y su lámpara es el Cordero. Sus puertas no se cerrarán con el día -porque allí no habrá noche-” No existirá la noche, ni les hará falta la LUZ de las lámparas ni la LUZ del sol porque el Señor Dios los iluminará y ellos reinarán por los siglos de los siglos.
Juan 1, 1-18
1 Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
2 Al principio estaba junto a Dios.
3 Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
4 En ella estaba la vida,
y la vida era la LUZ de los hombres.
5 La LUZ brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la percibieron.
6 Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
7 Vino como testigo, para dar testimonio de la LUZ, para que todos creyeran por medio de él.
8 El no era LUZ, sino el testigo de la LUZ.
9 La Palabra era la LUZ verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
10 Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
11 Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
12 Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
13 Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo».
16 De su plenitud, todos nosotros hemos participado
y hemos recibido gracia sobre gracia:
17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
18 Nadie ha visto jamás a Dios;
el que lo ha revelado es el Hijo único,
que está en el seno del Padre.
Juan 8,12
Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: «Yo soy la LUZ del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida».
Juan 12,46
Yo la LUZ, he venido al mundo, para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas.
Juan 20,30
Jesús realizó en presencia de los discípulos otros muchos signos que no están escritos en este libro. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
1 Juan 1,5-7; 2,9
Dios es LUZ, en Él no hay tiniebla alguna, si decimos que estamos en comunión con Él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no obramos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la LUZ, como Él mismo está en la LUZ, estamos en comunión unos con otros y la sangre se su Hijo Jesús nos purifica de nuestros pecados. Quien dice que está en la LUZ y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Lucas 1, 78-79
Nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Mateo 5, 14
Vosotros sois la LUZ del mundo.
Mira a la estrella, invoca a María:
No te desviarás si la sigues,
No desesperarás si le ruegas;
No te perderás si en ella piensas.
Si ella te tiene de su mano, no caerás.
No te fatigarás si ella es tu guía;
Llegarás felizmente a puerto si ella te ampara.
En los peligros, en las congojas, en las dudas,
Piensa en María, invoca a María.
No se aparte nunca su nombre de tu boca,
No se aparte jamás de tu corazón.
San Bernardo.