¿Por qué las monjas hacen pesebres en piedra?
En la Biblia, la piedra hace referencia a la presencia segura e inmutable de Dios.
Sí, la piedra por su solidez y resistencia es signo de la fuerza y de la fidelidad de Dios. Por eso los salmos cantan a Dios diciéndole: “Mi roca, mi fuerza salvadora y mi baluarte”(salmo 17,3) o le gritan: “Sé la roca de mi refugio” (salmo 30,3).
Los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios, fuimos tallados de esa Roca, extraídos de esa cantera, (Is 51,1) y podemos exclamar: “Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero” (Is 4,7).
La historia nos enseña que todo lo destinado a permanecer se hace de piedra. Por eso escribió Dios sus mandamientos en tablas de piedra (Ex 24,12); los patriarcas y profetas construyeron altares en piedra (Ex 20,25), y Jesús, para edificar su Iglesia eligió a Pedro que significa “piedra” (Mt 16,18). Jesús mismo es llamado la Piedra angular (Hch 4,11), y nosotros, sus piedras vivas (1Pe 2,4-5). Y, al final de nuestra vida, cuando lleguemos al cielo entraremos en la Jerusalén celestial -la ciudad de piedras preciosas (Ap 21,11)- y recibiremos un nombre nuevo grabado en una piedrecita blanca que sólo Dios y yo conoceremos (Ap 2,17).
Por eso, estos pesebres hechos en piedra, que hoy te presentamos quieren simbolizar al Dios Fiel e Inmutable que un día se hizo hombre, como Roca inamovible, y quiso “permanecer con nosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).