Plegaria Eucarística: Oración por los difuntos
Acuérdate también, Señor, de tus hijos N y N, que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.
Esta oración por los difuntos tardó en introducirse de forma permanente en el canon. Se decía solamente en las misas celebradas por algún difunto. El estilo recuerda los epitafios de las catacumbas: “En la paz del Señor”, En la paz eterna”, “Duerme en paz”, “Vive en la paz de Dios”.
Y a nosotros, pecadores servidores tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia y de todos los santos; y acéptanos en tu compañía, no por nuestros méritos sino conforme a tu bondad.
A la oración por los difuntos continúa la oración por el sacerdote y por la asamblea, para que el Señor se digne recibirla en la eterna asamblea de los cielos. La Eucaristía, es precisamente, garantía de la posesión definitiva del reino. Sin duda, los santos, como intercesores, apoyarán los ruegos que se elevan desde la tierra. En la mención de los santos hay un orden y paralelismo: después de mencionar al Precursor, Juan Bautista, se nombran siete mártires hombres y luego siete mártires mujeres.