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Quien se deja iluminar por la fe, ilumina el mundo

 

Ciclo de charlas sobre la Fe, agosto- noviembre 2022

La Puerta de la Fe está siempre abierta

 

Tercera charla: La vida nueva de la Fe

(sábado 10 de septiembre) 

Textos citados

Para mí, la vida es Cristo: Flp 1,21

La vida que vivo, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí : Gálatas 2,20

Jesús se ponía ya en camino, cuando uno corrió a su encuentro, y arrodillándose ante él le preguntó: Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para tener vida eterna? Jesús le dijo: Ya sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre. Él entonces le dijo: Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud. Jesús, fijando en él su mirada, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme. Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes (Mc 10,17-22).

Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia.  Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios, que yo te prescribo hoy, si amas al Señor tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos vivirás. Pero, si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar ante otros dioses, moriréis sin remedio y no vivirás. Elige la vida para que vivas, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a él; pues, en eso está tu vida (30,15-20).

Mucha gente lo seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos (Jn 6,2)

Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí no tendrá hambre, y el que crea en mí nunca tendrá sed (Jn 6,34).

Oh, todos los sedientos, id por agua. Y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagar, vino y leche. ¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? Aplicad el oído y venid a mí, oíd y vivirá vuestra alma (Is 55,1-3).

Jesús le dijo: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dice: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla (Jn 4,13-15).

Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron – Manantial de aguas vivas – para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen (Jer 2,13).

No encontraban el camino, pasaban hambre y sed, se les iba agotando la vida; pero gritaron al Señor en su angustia y los arrancó de la tribulación (sal 106).

Señor, ¿dónde quién vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6,68).

No podemos callar lo que hemos visto y oído.

Alégrense en la medida que participan en los sufrimientos de Cristo. Dichosos si son injuriados por el nombre de Cristo. Felices si sufrís por el nombre de Cristo, si sufrís por ser cristianos (1Pe 4).

Revístanse todos de humildad en vuestras mutuas relaciones, pues Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes. Humíllense, sean sobrios, vigilen porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente buscando a quién devorar. Resístanlo firmes en la fe. El Dios de toda gracia que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos los restablecerá, afianzará, robustecerá y consolará (1 Pe 5).

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