Celebraciones por el 75º aniversario de la Fundación de la Abadía

Agradeciendo a Dios el año transcurrido, la Abadía de Santa Escolástica
desea compartir las celebraciones con ocasión del 75 aniversario de la Fundación del Monasterio.

Celebración con los monjes de la Abadía de San Benito

Extractos de la homilía de Mons. Martín Elizalde osb, Obispo emérito de la diócesis de Nueve de Julio.

Abadía de Santa Escolástica, 2 de junio de 2016

…El amor da sentido a la perseverancia en la práctica de los mandamientos, que son los instrumentos a emplear en el taller espiritual, el monasterio. Su valor y eficacia no proceden de una simple fidelidad exterior o de una adecuada utilización formal, sino del ardor que motiva al discípulo, de ese amor intenso, que el mismo Benito describe, y que nos presenta para suscitar el deseo, abrir el corazón a su calidez, prepararnos a gustar su sabor en el alma, con la esperanza de la vida eterna y el anticipo de la felicidad alcanzada ya aquí en la tierra…
.. El amor es el que da sentido y entidad al propósito de vida, y transforma las acciones temporales en medios – grados, escalones – para llegar a Dios… El amor ilumina el carisma benedictino de una escucha que se vuelve obediencia, y concluye en la preferencia decidida e indivisa por Cristo, “el cual nos conceda alcanzar todos juntos la vida eterna”… El amor establece una intensidad de comunión…
…Y el edificio de la comunidad se sostiene con la caridad: el “padre piadoso” (RB Prol., 1) es representado por el abad, quien hace “las veces de Cristo en el monasterio”…
…El recinto del monasterio, este taller del arte espiritual (cfr. RB 4, 75 – 78), esta escuela del servicio divino (RB Prol., 45), es el ámbito de la caridad, de la práctica de amor fraterno, imagen del amor de Dios. Debemos agregar a esto cuanto san Benito nos dice sobre la obediencia recíproca en el c. 71: así como la obediencia de Cristo es expresión de su amor al Padre, la obediencia que los hermanos se prestarán los unos a los otros, “con toda caridad y diligencia”…
…El monasterio como “schola dominici servitii”, no lo es tanto como lugar de aprendizaje y de ejercitación, sino que se refiere a la raíz contemplativa, que atiende al modelo divino, en una estabilidad que, sin dejar de ser laboriosa con el impulso de la caridad, mira hacia lo definitivo en Dios, el reino de los cielos (Mc 12, 34), del que estaba ya cerca el maestro de la Ley…. Este reino que se alcanza por la caridad, lo queremos vivir en nuestra vocación. De esta orientación, dominante pero serena, es santa Escolástica el ejemplo, desde su mismo nombre, que encierra un símbolo tan elocuente. El monasterio, por este primado del amor, es por eso porta caeli, atrio de la casa del Señor, que anticipa lo definitivo, pues es imagen de la eternidad; visión de paz, que se construye armoniosamente con piedras vivas, animadas por el fuego de la caridad…
…En la celebración de los 75 años de vida monástica de la abadía de Santa Escolástica damos gracias a Dios por lo que Él mismo ha querido mostrar en la historia, en su liturgia, en la difusión de la Palabra de Dios y de la Tradición, en la conversatio, ciertamente ejemplar, de sus monjas, y en los frutos, ofrecidos con generosidad, a la Iglesia y a los fieles. Los hermanos monjes de la abadía de San Benito nos unimos en esta acción de gracias, con una súplica ferviente por la continuidad siempre renovada de tan precioso legado, y manifestamos nuestra gratitud a Dios Nuestro Señor por haber sido nuestros padres en la vida monástica instrumento para esta siembra. Y con afecto de hermanos y humilde confianza me atrevo a decir que sentimos que sus obras y méritos son también, en parte nuestros, y por eso en ellos y en sus oraciones nos apoyamos para seguir prestando el servicio de la caridad que es la vida monástica.

Celebración con las familias y comunidad diocesana

Extractos de la homilía de Mons. Oscar Ojea, Obispo de la diócesis de San Isidro.

Abadía de Santa Escolástica, 6 de agosto de 2016

…En la primera misa solemne celebrada aquí, el padre benedictino que se encargó de la predicación, citando a Donoso Cortés, decía: “Los que oran hacen más por el mundo que los que combaten. Y si el mundo va de mal en peor, es porque hay más batallas que oraciones. Si pudiéramos penetrar en el secreto de Dios y de la historia, tengo para mí que quedaríamos sorprendidos ante los prodigiosos efectos de la oración en las mismas cosas humanas. Tanta es mi convicción en este punto, que si hubiera una hora de un solo día en la cual la tierra no enviase una oración al cielo, ese día y esa hora serían el último día y la última hora del universo”.
El lugar de la oración en nuestra vida, en la vida de la Iglesia –de modo particular de la oración contemplativa– está expresado claramente en esta búsqueda de Jesús en la montaña para orar: la montaña como el lugar del encuentro con Dios….
…Jesús ya no es sólo el Mesías de Dios sino que es el Hijo del Padre, el Elegido, el Hijo único, el Hijo amado y Aquel a quien sólo debemos escuchar. Moisés y los profetas se retiran de la escena, y queda sólo Jesús: es sólo a él a quien debemos escuchar.
Y la oración es escuchar a Dios: recibir a Dios, dejarse transformar por él. Y así Jesús vive para él y para los demás su transfiguración, contagiando esta transfiguración en este sentimiento que se expresa en Pedro: Señor, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas… 
…Dice san Juan Pablo II: “La oración es la situación en la cual, de la manera más sencilla, se revela el recuerdo creador y paternal de Dios: pero no tanto el recuerdo que hace el hombre de Dios, sino más bien el recuerdo de Dios para con el hombre”…
Nunca somos más nosotros mismos que en la oración, nunca vivimos más a fondo nuestra propia identidad que en la oración: porque allí nosotros, al escuchar la Palabra, nos dejamos transformar por el recuerdo creador de Dios…
…La transfiguración es un anticipo de la resurrección.
También es un anticipo de la resurrección poder llegar a esta casa y ser acogido por la hospitalidad de las hermanas.
Yo quisiera agradecer en nombre de todos mis hermanos obispos, mis hermanos sacerdotes, de todo el santo pueblo fiel de Dios, toda la hospitalidad de las hermanas: al llegar a esta casa, tantos hermanos nuestros necesitados de la alegría con la que ellas contagian la transfiguración que se va produciendo en cada una de ellas a través de la oración contemplativa, la paz y la alegría que transmiten, que son auténticos frutos del Espíritu…
…Tantas cosas que agradecerles, hermanas, a lo largo de todo este tiempo. Fundamentalmente el agradecimiento de la Iglesia: la vida contemplativa –imprescindible para la Iglesia– que va sosteniendo la vida apostólica, la vida pastoral, la misión de la Iglesia, y sin la cual nuestra tarea no sería fecunda.
Que puedan continuarla a lo largo del tiempo y a lo largo de los años, contagiando ese ser transformadas por el Señor, para que nosotros también podamos experimentar esta gracia de la resurrección, y así aumentar nuestra fe y poder caminar mejor como peregrinos hacia el cielo. 

Celebración con los monasterios nacidos en Santa Escolástica

Bendición del Papa Francisco

Saludo con particular afecto a la Comunidad Monástica Benedictinas de la Abadía de Santa Escolástica de Victoria, primer monasterio femenino de la Orden Benedictina en la Argentina, en ocasión del 75 aniversario de Fundación.
Con el augurio que, bajo la protección de Nuestra Señora, Reina de la Paz, ese Monasterio sea siempre irradiación de vida monástica dentro de la genuina tradición benedictina y que la Iglesia sea siempre dignamente representada en la divina alabanza y los hombres encuentren el consuelo y la paz, la luz y la misericordia que tanto necesitan, imparto complacido la Bendición Apostólica extensiva a familiares, oblatos, bienhechores y asistentes a la ceremonia.
Ciudad del Vaticano, 6 de agosto de 2016, Jubilaeum Misericordiae
Francisco

“Al progresar en la vida monástica y en la fe, se dilata el corazón y se corre con inenarrable dulzura de caridad por el camino de los mandamientos de Dios.” (Regla de San Benito Prólogo,49)